«Desde el primer momento de mi estancia entre vosotros os enseñé que mi único fin era revelar a mi Padre de los cielos a sus hijos en la Tierra. He vivido esta encarnación para que podáis acceder al conocimiento de ese Gran Dios. Os he revelado que Dios es vuestro Padre y vosotros sus hijos...»

jueves, 27 de junio de 2013

Las conversaciones ulteriores con Rodán.

EL DOMINGO 25 de septiembre del año 29 d. de J.C., los apóstoles y los evangelistas se reunieron en Magadán. Esa tarde, después de una larga conferencia con sus asociados, Jesús sorprendió a todos anunciando que, temprano al día siguiente, él y los doce apóstoles partirían para Jerusalén para asistir a la fiesta de los tabernáculos. Ordenó que los evangelistas visitaran a los creyentes en Galilea, y que el cuerpo de mujeres regresara por un tiempo a Betsaida.
 
     
Cuando llegó la hora de partir para Jerusalén, Natanael y Tomás aún estaban en medio de sus diálogos con Rodán de Alejandría, y solicitaron el permiso del Maestro para quedarse en Magadán por unos días. Así pues, mientras Jesús y los diez partieron rumbo a Jerusalén, Natanael y Tomás estaban ocupados en un intenso debate con Rodán. La semana anterior, durante la cual Rodán había expuesto su filosofía, Tomás y Natanael se habían turnado para presentar el evangelio del reino al filósofo griego. Rodán descubrió que había sido bien instruido en las enseñanzas de Jesús por uno de los anteriores apóstoles de Juan el Bautista, que había sido su maestro en Alejandría.